CONCIENCIA AMBIENTAL
En primer lugar, gracias a los
compañeros y compañeras, que están hoy aquí, que guapos y hermosas se ven
y al estimado profesor Francisco.
El dia de hoy vengo
ante uds para hablar de un tema fundamental que concierne a todos y cada uno de
los habitantes de la ciudad y aun mas del cch Azcapotzalco estoy aquí para hablarles
de la contaminación y con ello poder crear conciencia ecológica.
Permítanme comenzar
mencionando la injusticia a la que le ha sometido algunos funcionarios del
Gobierno y las grandes empresas
Cuántos de ustedes han oído hablar de
los motores alternativos? Motores que funcionan con alcohol o agua. ¿O
carburadores que aguantan cientos de kilómetros con un litro de gasolina?
¿O motores eléctricos o magnéticos que funcionan prácticamente toda la vida?
Ustedes no saben suficiente de eso, porque si se utilizaran, se hundirían las
compañías petrolíferas. Hace más de 50 años que el concepto de motor de combustión
interna está obsoleto. Pero por culpa de los cárteles petrolíferos y de una
corrupta normativa gubernamental, el mundo se ha visto obligado a utilizar
gasolina desde hace casi un siglo. Las grandes empresas son las principales
responsables de contaminar el agua que bebemos, el aire que respiramos y la
comida que ingerimos. No les importa el mundo que están destruyendo. Únicamente
les preocupa el dinero que obtienen. ¿Cuántos vertidos más podremos
soportar? Millones y millones de litros de petróleo están destruyendo el océano
y muchas de las formas de vida que lo habitan. Entre ellas el plancton, que
aporta del 60 al 90 por ciento del oxígeno de la Tierra, mantiene el equilibrio
del ecosistema marino, que es la base de la provisión de alimentos de nuestro
planeta. Pero el plancton se está muriendo. Me dije, bueno, me iré a vivir a
cualquier país remoto que esté en los confines de la Tierra. Pero al investigar
un poco, me di cuenta de que esa gente esparce los residuos tóxicos por
todo el mundo.
Prácticamente
controlan las normas. Bueno, de hecho controlan la Ley. La Ley dice que ninguna
empresa puede ser multada con más de 25.000 dólares al día. Pero si una empresa
gana 10.000.000 de dólares al día preñando el océano de residuos letales, no
les importa en absoluto seguir haciéndolo.
Influyen
en los medios de comunicación para que éstos controlen
nuestro pensamiento. Han convertido en un crimen el expresarnos y, cuando
lo hacemos, nos llaman conspiradores locos y se ríen de nosotros. Somos más
agresivos porque nos están dañando química y genéticamente. Pero ni siquiera
nos damos cuenta. Por desgracia, nuestros hijos lo heredarán. Cada día cuando
vamos en camino a nuestros deberes por
la calle vemos ante nuestras propias narices cómo nuestros coches y el
coche que nos precede vomitan gases nocivos que se van acumulando
peligrosamente en nuestro cuerpo. Ese veneno nos está matando lentamente,
aunque no veamos sus efectos. ¿Cuántos de nosotros lo habríamos creído, si nos
hubieran dicho hace 20 años que llegaría el día en que apenas podríamos ver lo
que está a 2 metros de nosotros?¿Que no podríamos respirar profundamente porque
el aire sería una masa de gases venenosos? ¿Que ni siquiera podríamos beber
agua del grifo, que tendríamos que comprarla embotellada? Nos han
arrebatado los derechos naturales que el planeta nos
concedió. Desgraciadamente, la realidad de nuestra vida es tan áspera que
nadie quiere escuchar.
Desde tiempos inmemoriales la raza humana se ha enfrentado a
peligros constantes. El riesgo de la salud por la contaminación ambiental es un
factor inevitable de la vida. La probabilidad de sufrir daño es una cuestión de
tiempo y aunque las sociedades industrializadas hayan desarrollado capacidades para
minimizar y evitar el riesgo, no es lo mismo en los países subdesarrollados.
La esperanza de vida en el mundo industrial es un indicador de que se ha logrado reducir el riesgo de la salud humana y a vivir con mayor seguridad, que no deja de ser una quimera, porque la vida moderna nos enfrenta a diario a riesgos. Bien vale decir unos cuantos: la basura, la contaminación del aire por la industria, falta de higiene en los mercados, fábricas de baterías, el agua potable, alimentos contaminados, derrames de petróleo y de gasolina y otros de los cuales ni siquiera nos enteramos.
De lamentable notoriedad son los basureros. Éstos son el foco de enfermedades tanto visibles como invisibles o latentes. Las primeras podemos verlas en una sala de emergencias donde los médicos luchan contra la muerte con éxito o sin éxito. En cambio, cuando se trata de enfermedades latentes, sin síntomas, que no requieren la sala de emergencias pero aparecen años después bajo la forma de trastornos genéticos o mutaciones que se manifiestan cuando nace una segunda o tercera generación, abortos espontáneos y malformaciones congénitas, son las más preocupantes, porque es muy poco, o casi nada, lo que se puede hacer para corregir el daño. La madre gestante que fuma no recibe la suficiente oxigenación para sí misma y mucho menos para el feto, el cual, sufrirá, casi inevitablemente, los efectos de la hipoxia, con la secuela de problemas neurológicos. La lista sería interminable.
En el caso de la contaminación ambiental propiamente dicho, incluye tanto a los seres vivientes como a la naturaleza. Si hay un derrame de gasolina en el subsuelo, se contaminarán los mantos acuíferos de la misma forma que la basura acumulada en La Chureca continuamente contamina el agua del Lago de Managua y todos los mantos acuíferos a su alrededor. Sucede lo mismo en los basureros de todos los pueblos y ciudades.
El riesgo, por su parte, puede ser cuantificado y, con los resultados, la salud de la población puede ser mejorada con medidas preventivas. La evaluación del riesgo no es un método agresivo y no implica equipo sofisticado. Se trata de la estimación cualitativa y cuantitativa de la magnitud de la contaminación, la duración, la ruta de exposición y la aplicación del método científico basándonos en la inducción a partir de los resultados obtenidos. Esto es suficiente para determinar el riesgo de la salud y las probabilidades de sufrir daños mayores, en términos de población y, más importante aún, tomar medidas preventivas.
Primero se necesita identificar el peligro. Esto requiere que se haga un muestreo preparado científicamente. En el caso de la gasolina, se pueden identificar los componentes del petróleo en el aire, agua, comida y el suelo; hacer la consulta necesaria en las fuentes de información, las cuales nos van a informar cuáles son las dosis permitidas, tolerables y tóxicas tanto para adultos como para niños, que han sido determinadas basadas en criterios establecidos y luego analizar los resultados.
Todos bebemos agua, respiramos el aire, comemos carne e ingerimos productos de cultivo. Éstas son las fuentes de contaminación. Podemos determinar quién o quiénes están a riesgo de sufrir daños y hacer el tratamiento adecuado. Un ser humano adulto tiene un peso promedio de 70 kilogramos (154 libras), ingiere un promedio de dos litros de agua por día, respira 23 metros cúbicos de aire diario y consume carne en cantidades variables. Sabiendo cuanto contaminante hay en el aire, agua y la comida, se puede calcular la cantidad de tóxico que un individuo ha ingerido en términos de población. Si se analizara el tolueno, un componente orgánico que se encuentra en los derivados de petróleo y algunos pegamentos, se puede calcular la dosis ingerida y estimar el riesgo de cuántos van a padecer problemas hematológicos, lo cual representará una carga económica al sistema de salud. La carne de pescado contaminado con mercurio tiene efectos neurológicos irreversibles, como fue el caso de la Bahía de Minamata, (Japón) en la década de los cincuenta.
Si el ambiente está contaminado no puede haber salud. En 1948 la OMS definió el concepto de salud afirmando que no solamente es la ausencia de enfermedades, sino que es el bienestar físico y social. Un ambiente contaminado no puede darnos una tranquilidad física adecuada ni mucho menos una social, más bien causa enfermedades que son, casi en su totalidad, prevenibles. Un ambiente contaminado no solamente causa problemas en el ámbito inmediato sino que a toda la sociedad. La salud ambiental es un serio problema de los países subdesarrollados y una preocupación para los industrializados.
La esperanza de vida en el mundo industrial es un indicador de que se ha logrado reducir el riesgo de la salud humana y a vivir con mayor seguridad, que no deja de ser una quimera, porque la vida moderna nos enfrenta a diario a riesgos. Bien vale decir unos cuantos: la basura, la contaminación del aire por la industria, falta de higiene en los mercados, fábricas de baterías, el agua potable, alimentos contaminados, derrames de petróleo y de gasolina y otros de los cuales ni siquiera nos enteramos.
De lamentable notoriedad son los basureros. Éstos son el foco de enfermedades tanto visibles como invisibles o latentes. Las primeras podemos verlas en una sala de emergencias donde los médicos luchan contra la muerte con éxito o sin éxito. En cambio, cuando se trata de enfermedades latentes, sin síntomas, que no requieren la sala de emergencias pero aparecen años después bajo la forma de trastornos genéticos o mutaciones que se manifiestan cuando nace una segunda o tercera generación, abortos espontáneos y malformaciones congénitas, son las más preocupantes, porque es muy poco, o casi nada, lo que se puede hacer para corregir el daño. La madre gestante que fuma no recibe la suficiente oxigenación para sí misma y mucho menos para el feto, el cual, sufrirá, casi inevitablemente, los efectos de la hipoxia, con la secuela de problemas neurológicos. La lista sería interminable.
En el caso de la contaminación ambiental propiamente dicho, incluye tanto a los seres vivientes como a la naturaleza. Si hay un derrame de gasolina en el subsuelo, se contaminarán los mantos acuíferos de la misma forma que la basura acumulada en La Chureca continuamente contamina el agua del Lago de Managua y todos los mantos acuíferos a su alrededor. Sucede lo mismo en los basureros de todos los pueblos y ciudades.
El riesgo, por su parte, puede ser cuantificado y, con los resultados, la salud de la población puede ser mejorada con medidas preventivas. La evaluación del riesgo no es un método agresivo y no implica equipo sofisticado. Se trata de la estimación cualitativa y cuantitativa de la magnitud de la contaminación, la duración, la ruta de exposición y la aplicación del método científico basándonos en la inducción a partir de los resultados obtenidos. Esto es suficiente para determinar el riesgo de la salud y las probabilidades de sufrir daños mayores, en términos de población y, más importante aún, tomar medidas preventivas.
Primero se necesita identificar el peligro. Esto requiere que se haga un muestreo preparado científicamente. En el caso de la gasolina, se pueden identificar los componentes del petróleo en el aire, agua, comida y el suelo; hacer la consulta necesaria en las fuentes de información, las cuales nos van a informar cuáles son las dosis permitidas, tolerables y tóxicas tanto para adultos como para niños, que han sido determinadas basadas en criterios establecidos y luego analizar los resultados.
Todos bebemos agua, respiramos el aire, comemos carne e ingerimos productos de cultivo. Éstas son las fuentes de contaminación. Podemos determinar quién o quiénes están a riesgo de sufrir daños y hacer el tratamiento adecuado. Un ser humano adulto tiene un peso promedio de 70 kilogramos (154 libras), ingiere un promedio de dos litros de agua por día, respira 23 metros cúbicos de aire diario y consume carne en cantidades variables. Sabiendo cuanto contaminante hay en el aire, agua y la comida, se puede calcular la cantidad de tóxico que un individuo ha ingerido en términos de población. Si se analizara el tolueno, un componente orgánico que se encuentra en los derivados de petróleo y algunos pegamentos, se puede calcular la dosis ingerida y estimar el riesgo de cuántos van a padecer problemas hematológicos, lo cual representará una carga económica al sistema de salud. La carne de pescado contaminado con mercurio tiene efectos neurológicos irreversibles, como fue el caso de la Bahía de Minamata, (Japón) en la década de los cincuenta.
Si el ambiente está contaminado no puede haber salud. En 1948 la OMS definió el concepto de salud afirmando que no solamente es la ausencia de enfermedades, sino que es el bienestar físico y social. Un ambiente contaminado no puede darnos una tranquilidad física adecuada ni mucho menos una social, más bien causa enfermedades que son, casi en su totalidad, prevenibles. Un ambiente contaminado no solamente causa problemas en el ámbito inmediato sino que a toda la sociedad. La salud ambiental es un serio problema de los países subdesarrollados y una preocupación para los industrializados.
Existe
la necesidad de elaborar un trabajo como este, donde se recopile la valiosa
experiencia desarrollada sobre educación ambiental en el país, que inicia a
finales del siglo pasado y cobra mayor fuerza en el que transcurre, donde se
hace énfasis en la importancia de la educación ambiental poniendo de manifiesto
el desconocimiento de aportaciones que permitieran sentar las bases de los
nuevos rumbos. Ello también para impulsar un abordaje mas sistemático de la
educación ambiental y para fomentar instancias de organización de quienes
trabajan en este campo.Es un tema demasiado importante para dejar que, quienes
generan o manejan desechos peligrosos no sean controlados correcta y
eficientemente. Mientras tanto, quien debe ejercer que las normas ambientales se
cumplan no puede de ninguna manera ser él mismo quien las viola. Así,
existe lo que se denomina una política ambiental, que se halla perfectamente
legislada, donde cada agente generador de sustancias contaminantes debe
proceder a su tratamiento y/o aislamiento adecuado, siguiendo normas
específicas que eviten la polución. Si bien la conciencia ambiental es un hecho
relativamente moderno a nivel mundial y a consecuencia casi estrictamente de
hechos catastróficos que han ido ocurriendo, donde han resultado contaminadas
grandes extensiones de tierra o importantes fuentes de agua o la contaminación
del aire a extremos peligrosos; en los últimos treinta años ha comenzado a ser
un tema de vital importancia para poder lograr el ansiado equilibrio de
producir industrialmente sin afectar el medioambiente.
De esta manera, nuestras industrias y
el país cuentan con el material teórico de cómo deben manejarse en materia
ambiental, y sobre estas bases deben adecuar su producción. Por otra parte, el
gobierno Municipal y el Provincial tienen la responsabilidad de controlar que
estas normas se cumplan de manera eficiente idónea a través de la Dirección de Medio Ambiente. Pienso que si recordáramos que el
agua es uno de los recursos naturales más fundamentales, y junto con el aire,
la tierra y la energía constituye los cuatro recursos básicos en que se apoya
el desarrollo humano no lo contaminaríamos. Hay que considerar también que el
hombre influye sobre el ciclo del agua de dos formas distintas, bien
directamente mediante extracción de las mismas y posterior vertido de
aguas contaminadas como se ha dicho, o bien indirectamente alterándola
vegetación y la calidad de las aguas. Nuestro mundo por muchos años ha sido
descuidado y maltratado por nosotros los seres humanos. La industrialización y
el modernismo son algunos factores que ayudan a la contaminación de nuestro
ambiente. Aunque el hombre no es un ser acuático, creo que ha llegado a
depender intensamente del medio ambiente acuático para satisfacer sus
necesidades tecnológicas y sociales. El hombre continúa utilizando el agua con
su contaminación. Es difícil eliminar los contaminantes y si el agua original
tiene gran proporción de minerales, el problema se complica. No se pretende
afirmar que antes de llegar el hombre con su tecnología, el agua era pura. Aún
después de la aparición del hombre, transcurrieron muchos años antes de que
hubiera ningún cambio en el ambiente. Cuando las poblaciones empezaron a verter
sus desechos en ríos y lagos fue cuando las aguas se deterioraron.Las aguas
residuales, contaminadas, son las que han perdido su calidad como resultado de
su uso en diversas actividades. También se denominan vertidos. Se trata de
aguas con un alto contenido en elementos contaminantes, que a su vez van a
contaminar aquellos sistemas en los que son evacuadas.
El
total de vertido generado por los focos de contaminación, sólo una parte será
recogida en redes de saneamiento, mientras que el resto será evacuado a
sistemas naturales directamente.
La
contaminación es la consecuencia de habernos liberado de algo que nos estorbó:
de aquel papel que no arrojamos a la basura; de aquella llanta quemada que ya
no nos era útil; de ese arrollo que utilizamos cuando queríamos deshacernos de
todos los químicos y suciedades que nos tenían intranquilos. Esas incomodas
³pequeñeces´ se han convertido en un, no tan ³pequeño´, problema de
contaminación. Siendo el hombre el culpable de la contaminación del medio
ambiente, es también su única esperanza. El hombre es el único ser con la
capacidad de razonar y discutir situaciones, para diseñar y ejecutar proyectos
que aporten a la solución de la contaminación. La preparación conceptual del
hombre le permite hacer frente a situaciones sociales yambientales.Recordemos que
en Estocolmo, el mundo declaró: ³El hombre es a la vez creador y moldeador
de este medio ambiente, que le ofrece sustento físico y le brinda la
oportunidad de crecimiento intelectual, moral, social y espiritual. En la larga
y tortuosa evolución de la raza humana sobre este planeta se ha alcanzado un
estado en que, a través de la rápida aceleración de la ciencia y la tecnología,
el hombre ha adquirido el poder de transformar su medio ambiente de incontables
maneras y en una escala sin precedentes. Ambos aspectos del medio ambiente
humano ± el ambiente natural y el ambiente fabricado por el hombre, son
esenciales para su bienestar y para el disfrute de los derechos humanos
básicos, el derecho a la vida misma. ‘Hoy, 30 años más tarde, tenemos menos
peces en los mares, más dióxido de carbono emitido a la atmósfera, más
desertificación, más erosión de los suelos y la extinción de un número cada vez
mayor de especies. Nuestro modelo de desarrollo mismo es puesto en duda
diariamente por el ecosistema de la Tierra del cual depende toda vida y toda
actividad económica. No podemos permitir que nuestras pautas de consumo y
producción continúen incontroladas
Me han preguntado
qué podemos hacer. Creo que necesitamos
que un grupo de personas responsables defiendan nuestros intereses, y no
los de las grandes empresas. Estas personas preservarían el medio
ambiente, no permitiendo el uso de ninguna sustancia que no fuera
completamente biodegradable, o que no pudiera ser neutralizada mediante
procesos químicos. Finalmente, mientras haya actividades que, a pesar de
contaminar, produzcan beneficios económicos, habrá empresas que continúen
haciendo lo que quieran. Debemos obligar a esas empresas a trabajar de una
manera segura y responsable, teniendo muy presente que es en beneficio de
todos. Sólo así podremos defender la vida de nuestro planeta, con la fuerza que
residen nuestro corazón y en nuestra mente
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